La responsabilidad social corporativa

Dos manos sosteniendo un árbol y una bola del mundo fictícia

La responsabilidad social corporativa es una iniciativa empresarial que promueve que las empresas cumplan con objetivos específicos relacionados con la ética, la sostenibilidad y el impacto social. Cuando se lleva a cabo de la forma correcta, puede mejorar la forma en la que el mundo percibe a la compañía y, como resultado, puede mejorar en sus finanzas. Además, también fomenta la atracción y fidelización del talento profesional.

Existen cuatro tipos distintos de responsabilidad social corporativa, y los analizaremos a continuación:

  • La responsabilidad medioambiental.
  • La responsabilidad ética o de derechos humanos.
  • La responsabilidad filantrópica, también conocida como responsabilidad social.
  • La responsabilidad económica.

¿Por qué es importante?

 

La idea de que las empresas tienen la responsabilidad de contribuir a la mejora de la sociedad se ha extendido mucho en la última década hasta día de hoy, que ha pasado a ser una prioridad para las organizaciones de todos los tamaños y sectores.

Antiguamente, las organizaciones únicamente se centraban en los beneficios. Sin embargo, esto ha cambiado. Las generaciones actuales buscan más transparencia en las empresas, donde se puedan ver los planes específicos para promover la responsabilidad social.

Por esta razón, disponer de un programa de responsabilidad social corporativa es imprescindible para mantener la satisfacción de los clientes y de los empleados. Si se lleva a cabo de la forma correcta, puede representar un gran impulso para mejorar las finanzas de la compañía. Y no solo esto, también representa los valores y el propósito de la organización.

Estos son los distintos tipos de responsabilidad corporativa

 

 

1. La responsabilidad medioambiental corporativa

 

Nos referimos al compromiso que tiene la empresa con la sostenibilidad y el medio ambiente. Con el paso de los años, las organizaciones cada vez le dan más prioridad a llevar a cabo prácticas sostenibles y se comprometen a respetar el impacto medioambiental en todas las actividades que llevan a cabo.

Esto puede significar, por ejemplo, tener en cuenta la huella de carbono de la empresa o las emisiones de gases de efecto invernadero. Como solución, pueden optar por soluciones que minimicen las emisiones de gases de efecto invernadero, optar por recursos sostenibles evitando los plásticos de un solo uso y tener en cuenta los aspectos medioambientales en el centro de todas sus operaciones.

Además, esto puede ir más allá del compromiso de la empresa con el desarrollo sostenible. Si la protección del medio ambiente forma parte de su misión corporativa, también puede ser un ejemplo para animar a sus empleados a que contribuyan con esta causa.

2. Responsabilidad social y derechos humanos

 

Con la responsabilidad social nos referimos al compromiso de una empresa de desarrollar su negocio de forma ética y acorde con los derechos humanos, como un trato justo hacia las personas, las buenas prácticas comerciales y la meritocracia en los salarios de sus profesionales.

3. Responsabilidad filantrópica de las empresas

 

La responsabilidad filantrópica hace referencia a las metas y objetivos de una empresa para contribuir a mejorar la sociedad en su conjunto. Un aspecto importante de la filantropía empresarial son las donaciones a ONGs y otras organizaciones sin ánimo de lucro.

Este tipo de ‘esfuerzos’ son muy importantes para mejorar la imagen pública de la empresa, algo crucial hoy por hoy. Además, las organizaciones pueden incorporar la responsabilidad social corporativa en la propuesta de valor al empleado y, de este modo, comprometer a sus profesionales de diversas formas, incluyendo planes retributivos de donaciones donde, además, consigan una reducción fiscal por ello.

4. Responsabilidad económica de las empresas

 

En esto se basa la práctica de tomar buenas decisiones financieras, tanto para crecer como empresa, como para el crecimiento económico de sus profesionales.

Para cumplir con la responsabilidad, los líderes de las empresas deben pensar más allá del ahorro en los costes operativos y responsabilizarse en llevar a cabo buenas prácticas, tanto con sus profesionales como con sus clientes, invirtiendo en los recursos necesarios cuando haga falta.

Si la empresa logra desarrollar todos estos puntos de la forma adecuada, puede lograr grandes objetivos que mejoren la forma en que perciben su marca las personas y otras empresas. Esto, en el medio o largo plazo, puede suponer un aumento considerable del valor de la empresa, tanto en valor económico como de prestigio.

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